La carboxiterapia es un tratamiento estético que consiste en la aplicación de dióxido de carbono (CO2) en la piel mediante pequeñas infiltraciones. El CO2 actúa como un vasodilatador y estimula la circulación sanguínea en la zona tratada.
Este procedimiento puede ser utilizado para diversos fines, como reducir la celulitis, mejorar la apariencia de las estrías, tratar la flacidez de la piel y promover la regeneración de tejidos. El CO2 también tiene propiedades lipolíticas, lo que significa que puede ayudar a descomponer los depósitos de grasa localizada.
La carboxiterapia es un tratamiento seguro y no invasivo, que no requiere de tiempo de recuperación. Sin embargo, es importante que sea realizada por un profesional capacitado y bajo supervisión médica. La duración del tratamiento y el número de sesiones dependerá de las necesidades individuales de cada paciente.
Es importante tener en cuenta que la carboxiterapia puede tener efectos secundarios leves y temporales, como enrojecimiento o sensación de picor en la zona tratada.